Una mirada sobre el Riachuelo

Una de las cuantas miradas sobre el Riachuelo según el diario El País de Costa Rica...


BUENOS AIRES (dpa) - Un fuerte hedor a moho y putrefacción invade el ambiente, mientras por las turbias aguas del Riachuelo cabecean peces muertos. El río, de 64 kilómetros de longitud, desemboca en el Río de la Plata, en el barrio portuario de La Boca, justo al lado de las pintorescas y coloridas casas de la calle Caminito de Buenos Aires.
Al Riachuelo van a parar desagües ilegales y residuos de las fábricas, y la basura se amontona en sus orillas. Por sus aguas fluye mercurio, plomo, cromo, cadmio, cobre y otros materiales altamente contaminantes, que pueden causar enfermedades crónicas o cáncer.
Un desastre medioambiental, pero sobre todo, una catástrofe social. En la cuenca hidrográfica del río viven unos cinco millones de personas, muchos en viviendas precarias, las villas miseria. En esta zona, en torno al 55 por ciento de los habitantes no tiene red de desagües y un 35 por ciento tampoco tiene acceso a agua potable.
Pero ahora, por fin, el Riachuelo será saneado y limpiado. La Corte Suprema ya pronunció en 2008 una sentencia al respecto que deben asumir tanto el Estado como el gobierno de la ciudad y el de la provincia de Buenos Aires. Tienen que limpiar el río, mejorar la calidad de vida de los ciudadanos y evitar daños futuros. El megaproyecto es coordinado por Acumar (Autoridad de Cuenca de Matanza Riachuelo), con representantes de los tres gobiernos.
Fue una sentencia histórica para Argentina, porque el Riachuelo hace tiempo que se convirtió en un símbolo: el de las promesas vacías de los políticos. María Julia Alsogaray, ministra de Medio Ambiente bajo la presidencia de Carlos Menem en los años 90, quería limpiar el Riachuelo en 1.000 días y obtuvo para ello un crédito del Banco Interamericano de Desarrollo. Pero la iniciativa terminó en la nada, mientras que para la posteridad quedaron un par de estudios hidrológicos y todo tipo de material para chistes cínicos sobre los políticos argentinos.
"En la cuenca hidrográfica hay tres grandes problemas", explica Consuelo Bilbao, que gestiona la campaña "Riachuelo" para Greenpeace. "Los desagües comunales, los vertidos contaminantes de las fábricas y la basura". Hace décadas que el sistema de desagües no cumple las necesidades de una población en permanente crecimiento, critica Bilbao. Las depuradoras no dan a basto para limpiar el agua, por lo que una parte se vuelca al Riachuelo. "El Riachuelo es una cloaca bajo el cielo abierto."
Ahora, con un crédito del Banco Mundial de más de 840 millones de dólares (592 millones de euros), el ministro de Medio Ambiente y director de Acumar Juan José Mussi quiere ampliar la red de desagües. El saneamiento del Riachuelo es uno de los principales proyectos de su mandato. Pretende reducir los vertidos de las fábricas mediante estrictos controles y tiene previsto trasladar a los habitantes de las villas miseria, a orillas del río, a nuevas viviendas.
Greenpeace es una de las cinco ONGs que junto al defensor del pueblo estatal supervisarán el trabajo de las autoridades. El balance de Bilbao es regular: "Greenpeace reconoce los avances institucionales. Al menos, ahora con Acumar exite una autoridad competente, un socio de diálogo."
Pero, advierte, sin controles eficaces a las industrias, el Riachuelo no podrá ser totalmente saneado. "Acumar es realmente lenta en el control de las fábricas, apenas se avanzó nada. Sin desagües de la ciudad, quizá en algún momento cambie el color del agua y se vaya el hedor. Pero si las industrias no reducen sus vertidos, el río estará lindo mirado desde fuera, pero seguirá contaminado." Queda un largo camino hasta que en el Riachuelo naden peces sanos.


Fuente: DIARIO EL PAÍS COSTA RICA

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